El régimen de Ortega se sostiene exclusivamente en la violencia, perpetuando la represión día tras día. Para ello, cuenta con la Policía Nacional, respaldada por fuerzas paramilitares que actúan como el rostro visible de la represión.
Aunque el Ejército ha tratado de ocultar su implicación directa en las masacres de 2018, recurriendo a esconderse atrás de uniformes policiales y paramilitares, su papel ha sido y sigue siendo clave en labores de espionaje, vigilancia y respaldo político al régimen.
Ortega ha colocado a militares retirados en posiciones estratégicas dentro de los ministerios, asegurando su control sobre la administración pública.
Además, los altos mandos militares están involucrados en negocios vinculados a la expansión ganadera, el latifundio y fondos de inversión especulativa, operados a través del Instituto de Previsión Social Militar (IPSM). De esta manera, han consolidado su poder económico mediante el extractivismo y la desposesión, utilizando recursos del Estado para fortalecerse como una élite económica.
Por ello, desde la Articulación de Movimientos Sociales valoramos el trabajo de @nicaraguainvest, cuya investigación expone los negocios de la cúpula militar y la burguesía emergente del orteguismo.
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